jueves, 4 de junio de 2015

Corrupción en la política y los negocios: La salida depende de cada uno de nosotros

Todos estamos muy conmovidos y enojados por la corrupción en la política y los negocios.
El total de boletas y facturas que los políticos emitieron a SQM[1] fueron aproximadamente US$ 7 millones de dólares:
  • 237 facturas por $2.202 millones de pesos.
  • 609 boletas por $2.145 millones de pesos.
En total son $4.347 millones de pesos, lo que equivale a US$ 7,245.
La pregunta que uno se hace es: ¿Por qué el Sr. Ponce Lerou (dueño de SOQUIMICH) financió a todos los políticos (de derecha a izquierda)? ¿Qué favores quería él de ellos?
Según mi interpretación, eran los siguientes:
  1. No quería que se revisaran las privatizaciones hechas en la dictadura militar.
En Chile, así como en muchos otros países latinoamericanos, durante la década de los 80 se privatizaron muchas empresas públicas. Una de ellas era SQM, así como ENTEL, IANSA, INACAP, CHILECTRA, ENDESA y varias más.
Se privatizaron con un sistema que se llamó “capitalismo popular”. Se le vendió el cuento a la gente del capitalismo. Todos iban a ser capitalistas, todos iban a ser accionistas. A los trabajadores de esas empresas se les dio a cambio de su indemnización acciones de la empresa. Las personas que trabajaban en esas empresas eran accionistas. Pero muchos de ellos no tenían el conocimiento de lo que era ser accionista.
Ponce Lerou, quien era ejecutivo de la empresa, se consiguió capitales y les compró las acciones a todos los trabajadores, y de ese modo se quedó como dueño de SQM.
Citemos algunos extractos sobre el libro de Manuel Salazar: “Todo sobre Julio Ponce Lerou”[2]:
“PRIVATIZACIÓN. El 18 de marzo de 1983, Soquimich fue inscrita como sociedad anónima abierta, y el 29 de julio “siendo aún miembro del directorio de Soquimich, Julio Ponce Lerou –como gerente general de la empresa Kochi, una empresa del holding japonés Kowa- adquirió 670 mil acciones de Soquimich a 325,95 pesos, el precio más bajo que tuvieron esos papeles“, dice la publicación de Salazar.
El flamante ejecutivo tenía solo 37 años, y su carrera iba en ascenso. Pero un anónimo que lo acusaba de enriquecimiento ilícito lo obligó a renunciar a la Corfo.
PONCE LEROU PRESIDENTE. En 1986, Soquimich pasó definitivamente a manos privadas. Durante el primer semestre de 1987, Soquimich había sido la segunda empresa con más utilidades en el país, cercanas a los 40 millones de dólares. El 24 de septiembre de ese año, Ponce Lerou ya era presidente del directorio.”
Este fue el modo en que Ponce Lerou se adueñó de SQM.
Luego que se recuperó la democracia en varios países latinoamericanos, se revisaron las privatizaciones y en su mayoría se revirtieron. Los servicios como el agua, la electricidad, las comunicaciones, volvieron a manos del Estado, porque estamos hablando de servicios básicos que necesitan las personas. Aquí en Chile no solo no se revisaron las privatizaciones, sino que se siguieron haciendo, como en el caso de las sanitarias en los gobiernos de la Concertación.
Ahora, una segunda interpretación de por qué financió a los políticos:
  1. No quería que lo investigaran por las operaciones cascadas que hizo y que significó que los fondos de pensiones perdieran más de US$44 millones de dólares. Es decir estafó a todos los trabajadores de Chile.
Las ganancias que obtuvo Ponce Lerou por esas operaciones fraudulentas fueron US$ 125 millones. ¿Se acuerdan cuánto había gastado él en financiar campañas? US$ 7 millones. Eso, en relación a la ganancia que obtuvo, es un 5,6%. Es decir, lo que le pasó a los parlamentarios y ministros, fue la comisión.
A su vez, el corredor de bolsas que hacía de palo blanco[3] por esas operaciones ganó US$ 72 millones.
Ah, pero la SVS le aplicó una multa. “No se iba a librar fácilmente”. ¿Saben de cuánto fue la multa? US$70 millones, lo mismo se quedó con un margen de US$ 56 millones. Eso serían más de 3.000 casas de 11 millones de pesos cada una.
A través del sistema de cascadas, él logra obtener el 30% del control de SOQUIMICH.
Todas estas empresas de las cascadas son en su mayoría empresas de inversiones, es decir, empresas de papel, empresas que no producen nada, no son empresas productivas.
¿Cómo fueron las OPERACIONES BURSÁTILES FRAUDULENTAS?
¿Qué hacía Ponce Lerou? VENDÍA BARATO Y COMPRABA CARO SU MISMO PRODUCTO… LAS ACCIONES DE SQM y sus empresas filiales (cascadas). De este modo generaba ganancias para él, en desmedro de los accionistas minoritarios (fondos de pensiones) de las mismas sociedades cascadas.
Ejemplo de una de las transacciones fraudulentas:
  • Oro Blanco vende a SQ 163.000.000 acciones de Calichera-A a $726
  • POTASIO le compra a SQ 137.140.000 esas mismas acciones a $1.065. POTASIO financió la mitad de esa compra con un préstamo que le hizo SQ.
  • Habitat tenía 5,45% de Oro Blanco. Ahí perdió US$5,5.
De ese modo, él lograba subir artificialmente el precio de las acciones. Así, la empresa se revalorizaba y los accionistas minoritarios tenían que hacer más aporte de capital, porque valen más las acciones de la empresa.
La otra pregunta obligada es: ¿Por qué las AFP invierten en ese tipo de empresas? Son solo empresas de papel, no son empresas productivas. No dan trabajo. Sin embargo estas empresas son “aefepeables”, es decir las AFP están autorizadas para invertir los fondos de pensiones de los trabajadores en esas empresas.
El patrimonio actual de Ponce Lerou es de más de 2000 millones de dólares.
¿Cuál es la salida a todo esto? Quiero hablar de dos salidas: Una política y otra personal.
La salida política es la Asamblea Constituyente. Hay que hacer un nuevo marco político/social. Redefinir los derechos fundamentales tales como la salud, educación, previsión. Estos derechos deben ser garantizados por el Estado y no puede hacerse negocio con ellos.
En lo personal, lo siguiente: Aquí no hay una crisis moral o de la moral, sino una MORAL EN CRISIS.
¿Y cuál es esa moral? Es la moral que ha impuesto este sistema neoliberal. El valor más importante es el dinero. Para esta moral el dinero es todo. “El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.
Pero la relación con esa “verdad universal” es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombres, representantes, ejecutores.”[4] (Ejemplo: Julio Ponce Lerou).
Dentro de esa moral nos han enseñado que hay que ser pragmáticos. Eso es ser inteligente. “¿Ser solidario, idealista? ¡No, eso no, eso es una estupidez!” Eso es lo que nos indica esa moral.
Pero, ¿qué es ser pragmático? Presento un extracto del libro de Laura Rodríguez, quien fue una diputada Humanista:
“¿Qué es el pragmatismo? ¿Es no tener ideales? ¿Es estar dispuesto a traicionar esos ideales? ¿Es una suerte de transacción entre el futuro y el presente? ¿Hasta dónde se está dispuesto a transar?
Es curioso como ahora se dignifica esa palabra que en otras épocas se llamó “oportunismo”. Hoy ya no hay oportunistas, sino pragmáticos.
¿Cuál es la carta de presentación de un pragmático?
Se trata de alguien que afirma no estar confundido por esas nubes del idealismo y dice estar “con los pies en la tierra”, alguien que se atiene a la “realidad”.
Es una suerte de consejero sobre qué hacer en cuanto a lo más conveniente, lo más oportuno, lo más práctico en cada coyuntura. Es un coyunturalista.
Con ese punto de vista resulta fácil justificar cualquier traición con tal de salir a flote. Si alguien le replica que eso no era lo que él pensaba hace media hora atrás, él dirá que las cosas han cambiado (lo cual es cierto) y que hay que hacer lo más conveniente (lo cual no es cierto).
Pero, ¿lo más conveniente para quién? Como si lo “conveniente” fuera algo universal, cuando en realidad se trata de una particular conveniencia.”[5]
Entonces, es esa moral de lo pragmático, del egoísmo, del individualismo del “cómo voy ahí” o de lo que me conviene.
Y ese cambio hay que empezarlo en cada uno de nosotros. Somos cada uno de nosotros los que debemos cambiar. No hay otra forma de hacerlo que empezando por uno mismo.
Cada uno de nosotros tiene que revisarse en relación a eso que estamos comentando. ¿Soy pragmático o no? ¿Cómo oriento mi vida? Uno siempre está enfocado a que son las autoridades las que tienen que cambiar. Pero en realidad somos cada uno de nosotros los que tenemos que cambiar. Por ejemplo, muchas veces las relaciones que armamos son de ese modo. Estamos tratando de sacar ventaja. El oportunismo está metido en cada uno de nosotros. Seguramente no lo hacemos en forma consciente, pero hay algo de eso.
Yo me considero una persona idealista, no pragmática y he tratado de orientar mi vida hacia eso, a construir una sociedad más justa, más humana. Y tratar de ser coherente, que la palabra de uno valga. Y además, ser coherente con los demás, que es: “Tratar al otro como uno quisiera ser tratado”. Entonces, si uno intentara orientar su vida en esa dirección, yo creo que las cosas andarían mejor.
Muchas gracias.
Paola Parra
[1] La Sociedad Química y Minera de Chile (SQM o SOQUIMICH) es una empresa minera privada que se dedica a la explotación, procesamiento y comercialización del salitre, yodo, potasio y litio en Chile.
[2] Manuel Salazar: “Todo sobre Julio Ponce Lerou”, (Ed. Uqbar). Extractos en página web del diario La Nación: http://www.lanacion.cl/noticias/economia/empresas/julio-ponce-lerou-los-hitos-de-su-controvertido-reinado-en-sqm/2015-04-24/145611.html
[3] Persona que participa en un montaje para engañar a una o a muchas personas.
[4] Extracto del Documento Humanista, “Cartas a mis amigos”, Silo.
[5] Extracto del libro “A quien quiera escuchar”, La Pollera Ediciones.