miércoles, 25 de julio de 2012

Nos han hecho creer: "Con crecimiento económico disminuye la pobreza"


Según la encuesta Casen, la pobreza en la región del Maule bajó de un 20,7% (en 2009) a un 16,2% (en 2011). Esto en un primer momento podría ser una cifra positiva, pero si lo comparamos con los datos de la pobreza a nivel nacional, podemos observar que seguimos siendo más pobres de lo que es Chile a nivel nacional, ya que la pobreza nacional mide actualmente un 14,4%.




A esto habría que sumarle que según el último informe sobre sueldos promedios de la superintendencia de AFP, la región del Maule tiene el sueldo más bajo de todo Chile.

Esto se contradice con los datos de crecimiento económico de la región. La economía regional ha crecido mucho más que el país. En el primer trimestre de este año el crecimiento que tuvo la región del Maule fue un 8,3%. Esto es medido a través del INACER  (Índice de Actividad Económica Regional). Si comparamos esta cifra con el IMACEC, (Índice Mensual de Actividad Económica) que mide el comportamiento económico de todo el país y que fue de un 5,6%, en el mismo periodo, podemos observar que la región crece más que el país en su conjunto.



La pregunta que uno se hace es: ¿Para que tanto crecimiento económico si seguimos siendo pobres? Siempre nos dan el argumento que hay que crecer porque eso significa más puestos de trabajo y por lo tanto menos pobreza. Eso, en parte, lo podemos constatar con el último boletín del INE que dice que la región del Maule tiene un desempleo de 6,9% en los meses abril/mayo/junio, meses de menor actividad agrícola y que es menor al desempleo que hubo en ese mismo periodo en el año 2011 el cuál fue un 7,6%. Pero no necesariamente tener un puesto de trabajo en Chile, significa dejar de ser pobre.

Conclusión: El crecimiento económico genera más puestos de trabajo y por lo tanto disminuye el desempleo, pero el crecimiento económico no soluciona el problema de la pobreza.


Paola Parra
Economista
Candidata Alcaldesa por Curico

domingo, 22 de julio de 2012

NOS HAN HECHO CREER: “AL RICO HAY QUE CUIDARLO PORQUE EL NOS DA LA PEGA”


Un sistema de creencias opera, porque aunque no es la realidad, es tan fuerte lo que la gente cree, que a pesar de saber que la están engañando lo mismo funciona.

El sistema económico-social de Chile es supuestamente de libre mercado, pero de libre no tiene nada, porque al fin y al cabo es la dictadura del capital o dinero. Es la economía del canibalismo, donde los peces más grandes se comen a los más chicos.

Pero la pregunta que uno se hace es, aun sabiendo, que el sistema es tan injusto, ¿por qué se mantiene? Porque nos hicieron creer que no hay otro posible. Y también nos hicieron creer que las grandes empresas y los bancos son los que aportan al crecimiento de una economía. Que es gracia a esas entidades que tenemos trabajo y las pequeñas empresas tienen a quien vender sus productos. Entonces de acuerdo a este sistema de creencias, a estas empresas hay que apoyarlas. Como se diría en el campo: “Al rico hay que cuidarlo porque es el que nos da la pega”

La economía en Chile está basada en el apoyo de todo el aparato estatal a las grandes empresas y los bancos.

A que nos referimos con “grandes empresas”. Son empresas que transan sus acciones en la bolsa. No estamos hablando ni de pequeñas, ni medianas empresas. Son grandes conglomerados que controlan toda la economía, la política y los medios de comunicación, controlando así también lo que la gente opina y por lo tanto lo que todos seguimos creyendo.

Y estas grandes empresas son de propiedad de muy pocas familias, conocido como los “grupos económicos”.

¿Y como empezó toda esta historia?
Con el plebiscito del 80 nos impusieron una Constitución que fijó todo el marco político-social y económico de Chile, que hasta el día de hoy perdura. No se ha cambiado ni un ápice. En esta Constitución se establecieron los cimientos para el crecimiento de estos grupos económicos, los cuales  asociados con capitales transnacionales, han logrado apoderarse de las principales áreas de producción y empresas del país.

¿Cuáles fueron las principales reformas económicas que permitieron lograr lo que estamos planteando y que siguen hasta el día de hoy?

1)     Privatización de todos los servicios públicos (luz, teléfono, agua, etc.)
2)     Creación del sistema de AFP, obligando a todos los trabajadores a cotizar bajo ese sistema.
3)     Desarrollo de un modelo exportador basado, fundamentalmente, en la extracción de recursos naturales y exportación de materias primas.  Conjunto con ello, reducción de los aranceles que destruyo la industria nacional. De este modo nada se procesa en Chile.
4)     Creación del mercado privado de la salud y de la educación que logra obtener muchos recursos del Estado.

Mucha gente podrá opinar que por qué somos tan críticos con este sistema, si al fin y al cabo ha sido muy eficiente y ha logrado crecimiento económico. Y que si nos comparamos con otros países, estos no tienen el crecimiento que ha logrado Chile.

Lo primero que habría que aclarar es que uno no se opone a que haya emprendimiento privado y que no todo tiene que estar bajo el Estado. Uno no es tan obtuso. Pero el punto es que estas grandes empresas se han apoderado de toda la economía y nos han dejado unas migajas para los ciudadanos comunes y las pequeñas empresas.

Pongamos un ejemplo concreto de cómo funciona este sistema explicando el funcionamiento de los Fondos de Pensiones
Los fondos de pensiones que al día de hoy representan el 80% del PIB, cifra bastante alta y que es dinero que pertenece a todos los trabajadores, los cuáles no tienen ningún derecho de decidir,  están invertidas en las acciones en la bolsa o bien se depositan en los bancos. Es decir los trabajadores estamos financiando el crecimiento de estas grandes empresas y bancos. Y cuando solicitamos un préstamo al banco (que al fin y al cabo es nuestra plata) nos cobran un interés sanguinario. Y al momento de jubilarnos con suerte percibimos un 30% de nuestro sueldo promedio.

Son cada veces menos empresas que controlan lo que más consume la gente (servicios, alimentos, salud, pensiones). Es un oligopolio que logra lo que ya todos conocemos: La colusión. Ellos se logran poner de acuerdo en los precios que van a vender y la cantidad que van a producir. Obteniendo de este modo millonarias y no-éticas ganancias. Esto lo vimos en el caso de las farmacias, los pollos, Isapres, AFP, Bancos, etc.

Y luego en la noticias se dan a conocer los números de estas empresas y todos aparecen muy “sorprendidos e indignados” y reclaman que el Estado debería fiscalizar más. Cosas que es imposible, porque por más fiscalización que se ponga lo mismo van a lograr una forma de encontrar la salida porque todo el aparato jurídico- legal está armado a su favor.

Veamos otro ejemplo con el tema de la salud. Y con el sistema AUGE.
El sistema AUGE está implementado para que las clínicas privadas reciban financiamiento del Estado, ya que si un hospital no tiene camas y es una enfermedad del AUGE, la persona puede acudir a una clínica y luego todo lo paga el Estado. Todos suponemos cuál será es el monto de esa factura.  Entonces en vez de financiar la construcción de más hospitales con buenos equipamientos y con médicos bien pagadas se envían los recursos de la nación al sector privado.

Todo lo que estamos diciendo no es nada nuevo, y seguramente todos lo sabemos ya, pero como dijimos al comienzo aquí hay una creencia detrás: “Al rico hay que cuidarlo porque nos da la pega”. Y quienes son los ricos, son los mega-grupos económicos que controlan toda la economía, la política y los medios de comunicación. Y como ellos supuestamente son los que hacen que la economía se mueva y los que dan empleo, todo debe estar a su servicio. Los fondos de pensiones de los trabajadores y los recursos del Estado destinados para salud y educación. Junto con ello se les aprueba todos sus proyectos empresariales, no importando si contaminan ciudades enteras y destruyen la salud de sus habitantes.

¿Y cuál es la salida a todo esto?
La única salida es dejar de creer en aquellos que sustentan este sistema, los cuáles nos hacen sentir que no hay otro modelo económico posible. Hay que abrirse a la posibilidad de construir un nuevo modelo de sociedad que ponga al ser humano como valor central y no al enriquecimiento de unos pocos.


Paola Parra
Economista Humanista